El fuego cada vez incinera un poco mas el alma,
Cada vez traga mas y embellece amargamente.
Me vuelvo humo, me vuelvo ceniza del pasado,
me desarmo para que me vuelvas a armar,
en una constante de caída,
En un desasosiego inmenso,
el río que no deja de fluir
y se pone cada vez memos benevolente.
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